domingo, 23 de marzo de 2014

De a tres.


Los puntos suspensivos
que pusieron mis hojas en comas,
dormitan de finales sucesivos
a comienzos .
Despiertan remeciendo
la métrica crónica,
la enfermedad del siempre
del  otra vez.
Esta vez,
el asiduo espacio de la decepción
pone en curva ,
el sostenido hábito de ti
a pesar de pesares.
Anunciando que es tiempo,
el tiempo como excusa
y él
estará en un lugar mejor.
Yo me marcho
me voy
siempre me voy.
Vuelvo al lugar de siempre,
escapando por la salida que me hice
como llegar a la ciudad después de un viaje
como llegar a Santiago después del sur
como llegar a la costumbre.
Nunca habrá un lugar
más difícil para quererse
que la costumbre.
Mi letra se pone manuscrita y cursiva
redonda de rulos,
como la curvatura de tus brazos
como la tranquilidad de tu tranquilidad.
como esa energía tuya ,
acá entre mis piernas húmedas
y mi boca que disfruta
el gusto por ti,
porque sí señor
fue un gusto.
Pero en el gusto no hay disgusto
en lo nuevo
en lo poco,
y al final
el  lugar más difícil para quererse es la costumbre.

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